¿Sabías qué?

🎯 #ImagenYLiderazgo | El avance de la inteligencia artificial no solo ha transformado la manera en que se interactua con la tecnología, sino que también ha generado un impacto ambiental significativo. Modelos como ChatGPT, Copilot y Grok requieren grandes volúmenes de agua para operar, principalmente en los sistemas de refrigeración de los centros de datos que los alimentan. ¿Cuánta agua se necesita realmente para que la IA responda a las preguntas?

De acuerdo con investigadores de UC Riverside y UT Arlington, un modelo como ChatGPT puede consumir aproximadamente 500 mililitros de agua por cada 10 a 50 preguntas respondidas. En el caso de Grok, la IA desarrollada por xAI, la cifra se reduce a 50 mililitros por consulta. Si bien estas cantidades pueden parecer pequeñas, al multiplicarlas por los millones de interacciones diarias, el consumo total se vuelve considerable.

La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. estima que un centro de datos promedio emplea más de 1.3 millones de litros de agua para mantener sus servidores a temperaturas óptimas. Este volumen equivale al suministro de una familia durante casi 20 años. En México, donde el crecimiento de estos centros se proyecta en un 43% en los próximos años, el reto ambiental será aún mayor.

A medida que la IA sigue evolucionando, la industria tecnológica busca alternativas más sostenibles. Una de ellas es DeepSeek, un modelo chino que promete un menor consumo de recursos. ¿Será esta una solución viable para reducir el impacto ecológico de la inteligencia artificial?